martes, 8 de diciembre de 2009

Las segundas partes nunca fueron buenas

El partido contra el Peña Kalimotxo se temía que iba a ser duro y que la derrota iba a ser segura. Pero el equipo barakaldés salió al campo a intentar hacerlo lo mejor posible e ir mejorando los grandes fallos que hacen que la máquina no despegue. Así, la primera parte, a pesar del dominio del Peña Kalimotxo, dejó una buena sensación de juego, con una defensa efectiva y unos contraataques que crearon peligro al rival. De este modo, en torno al minuto 10 de partido, el Txikiteros D.F. se adelantó en el marcador con un tiro de falta del reincorporado Iván Justo Morales, que hizo un gran juego durante todo el partido a pesar de resentirse aún de su lesión, acontecida allá por el primer partido de Liga. El empate del Peña Kalimotxo tardó muy poco debido a un dudoso penalty. El 1-1 llevaba las cosas como al principio, con un juego algo más equilibrado, jugadas bien orquestadas entre los hermanos Justo y acciones valerosas de Alejandro Berzosa "Jayle" y Ander LaFontaine. Sin embargo el Peña Kalimotxo marcaría su segundo gol con un trallazo que Imanol Montoro no fue capaz de detener. Con ese 2-1 concluía la primera mitad de juego, dando esperanzas por el buen juego realizado. Pero eso se vería truncado al comenzar la segunda parte. Los galdakaotarras salieron al terreno de juego rehechos y con una carga en ataque mayor para ganar diferencia que diese más tranquilidad, mientras que los txikiteros continuaron con el buen juego durante los primeros minutos, hasta que tras dos goles casi continuados de los kalimotxeros la moral comenzó a caer. Los cambios de jugadores para dar un respiro a los titulares no ayudaron tampoco a la situación y la defensa fue descontrolándose progresivamente a medida que los gole siban cayendo. En un punto dado, Imanol Montoro, cabreado, abandona el campo y entra Pander, ocurriendo poco después lo mismo con Ander LaFontaine, que se enoja tras una de las más celebres cantadas de la historia del fútbol sala. El ambiente se caldea y eso no hizo ningún bien a los barakaldeses, que desorganizados en defensa y con un alocado "pollo sin cabeza" Javier Argala en ataque, fueron infectivos hasta el final. El marcador de 10-1 lo dejaba claro.

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